¡Juntos somos más fuertes!
Con probabilidad la cooperación es la característica más genuinamente humana, aquella que nos hace diferentes de otras especies. En especial, este rasgo ha sido el que le ha permitido a la especie humana sobrevivir a otras especies más fuertes. Es más, la cooperación ha hecho posible la evolución del hombre con actos como el resurgimiento y desarrollo de la industria o la cultura. Podemos decir que la cooperación se sitúa en el epicentro del entorno social. Sin embargo, es curioso que la escuela siendo el lugar el cual nos prepara para afrontar con éxito nuestra etapa laboral, esté basado en un pronunciado sesgo individual siendo de gran incongruencia que la enseñanza esté tratada como un fenómeno socialmente social y sin embargo se aplique de manera individual.
Por ello, en la última década, se está apostando más por la realización de trabajos en grupo, y en particular, el aprendizaje cooperativo. El aprendizaje cooperativo es una técnica psico-social basada en el uso instructivo de pequeños grupos para que los estudiantes trabajen juntos y aprovechen al máximo el aprendizaje propio y el que se produce por la propia interacción (Johnson&Johnson, 1991).
Entonces, ¿qué diferencia hay entre aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo?
Para entender el significado en clase, el profesor nos propuso formar grupos de 6 personas, donde debíamos encontrar dicha diferencia teniendo únicamente como recurso un teléfono móvil, y un límite de 5 minutos para poder encontrar la respuesta. A cada grupo, se le ofreció además un minuto previo para organizarse, sin conocer aún los términos a buscar. Cuando la diferencia fue encontrada, se pusieron en común las definiciones y la metodología a utilizar por cada grupo. Resumiendo las diferencias, en el aprendizaje colaborativo el objetivo está en la interacción y proceso de dicho aprendizaje, mientras que en el cooperativo, tiene un mayor grado de importancia la meta o proyecto final, llevada a cabo por los integrantes de un mismo equipo. Ejemplificando esto, podríamos decir que para la construcción de un edificio, si dos obreros se dedican a poner los ladrillos de manera conjunta y a ponerlos unos sobre otros, diremos que están trabajando de manera colaborativa. Sin embargo, si se reparten las tareas de tal manera que mientras uno coloca ladrillos y el otro se dedica a cementar, su trabajo será cooperativo.
![](https://static.wixstatic.com/media/670b3c_b321e2a9cd284fd8a6c8430524f4f393~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_551,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/670b3c_b321e2a9cd284fd8a6c8430524f4f393~mv2.jpg)
Es importante conocer que para el alumno la finalidad del aprendizaje cooperativo no es otro que aprender juntos a hacer las cosas solos. El aprendizaje cooperativo no busca que el alumnado reproduzca contenidos, sino que estos sean utilizados para pensar, decidir y crear desde la cooperación y el intercambio de experiencias. Por otro lado, al profesor le permite atender a los extremos, a los que más dificultad muestran con el aprendizaje y a los que tienen mucha facilidad para alcanzar los objetivos y se aburren. El rol del docente es ahora:
● Organizador de los grupos y selección de roles.
● Guía y facilitador del proceso de enseñanza-aprendizaje.
● Motivador.
● Orientador del trabajo.
● Diseñador de experiencias.
● Co-evaluador.
Con esta nueva metodología, la disposición del aula cambia, ya que la enseñanza no es el intercambio unidireccional profesor-alumno, sino que debe ser un facilitador de interacción entre alumnos e intercambios de experiencias.
Debe haber contacto visual entre ellos.
La disposición del aula.
La mesa dl profesor no es la referencia.
Diferenciar entre trabajo en grupo y desorden.
![](https://static.wixstatic.com/media/670b3c_544901b732934bb2ae29c49b0ee0dcdb~mv2.jpg/v1/fill/w_620,h_348,al_c,q_80,enc_auto/670b3c_544901b732934bb2ae29c49b0ee0dcdb~mv2.jpg)
En el Aprendizaje Cooperativo, la confección de grupos se deben hacer diferentes según finalidad, duración, metodología y características de los alumnos. Sabiendo que esta elección puede ser al azar (no ofrece un alto rendimiento), elegida por los propios alumnos (puede haber problemas de exclusión) o estructurada por el profesor. Es recomendable que los grupos estén formados por cuatro integrantes.
Con la aplicación de esta metodología en nuestras clases vamos a conseguir:
1. Interdependencia positiva: El éxito de cada miembro está unido al del resto de componentes y viceversa.
2. Responsabilidad individual: Aprender juntos a hacer las cosas solos.
3. Interacción cara a cara: Maximizar las oportunidades de interacción que permiten las dinámicas interpersonales.
4. Técnicas interpersonales del grupo: Todos pueden aportar a la mejora del grupo a través del desarrollo de las habilidades necesarias para la cooperación.
5. Evaluación del grupo: Destinar un tiempo para reflexionar conjuntamente sobre el proceso y tomar decisiones de ajuste y medida.
Para poner punto y final con la entrada, es fundamental conocer que esta metodología para el docente puede llevar años dominarla dentro del aula, ya que existe una fuerte presión para que enseñe como los demás, para que haga que los alumnos aprendan individualmente y para que no permita que cada alumno consulte el trabajo del otro. Los propios estudiantes no está acostumbrados a trabajar juntos y tienden a ser competitivos. La recomendación es que se empiece de manera progresiva, empezando por un solo tema o clase. La implementación del aprendizaje cooperativo en el aula exige esfuerzo y disciplina. No es fácil, pero vale la pena.